La magia de Harry Potter

La fantasía no es un lobo malo del que tengamos que tener miedo.

Hoy quiero hablaros de Harry Potter. Hace unos años me enganchó y me trasladó a un mundo mágico.

Pero ¿está bien que los adultos lean literatura de ficción escrita para chicos? El hecho es que J.K. Rowling dice haberla escrito para ella misma, entonces yo digo ¿y por qué no?

En Harry Potter todo es magía, todo menos su éxito, aunque penséis lo contrario. 
No es un fenómeno literario aislado. Estamos frente a un brote nuevo de un árbol, muy pero que muy viejo, que surge del viejo tronco de la literatura fantástica. Es un brote vigoroso, fuerte y atractivo. Su autora ha tomado lo mejor de la literatura fantástica, Lewis, Tolkien, Ende... y lo ha situado en un contexto actual, en el que el chico de hoy puede identificarse en él, sin perder el encanto de las pociones mágicas, de los calderos, de las escobas voladoras… Rowling sostiene que para tener ganas de leer, un chico debe sentir que en la literatura hay un “arte mágico” capaz de ofrecerle un poder misterioso. Es un mundo donde los niños son los que resuelven los problemas de los adultos.

Un obra llena de valores humanos, aunque no tenga una finalidad de ser una obra didáctica. Una obra donde por ejemplo, podemos ver claramente el papel de una Cenicienta moderna en el papel de Harry que es huérfano y que vive con sus tios muggles. Una obra que nos recuerda también la estructura de Alicia que parte de un mundo real y que se adentra en un mundo mágico.

El trabajo del escritor de fantasía consiste en conducir al lector de lo mundano a lo mágico. Es una proeza de la que sólo las imaginaciones superiores son capaces, y J.K. Rowling posee dicha virtud.

Os imagináis a vuestros chiquitines estudiando en una escuela de mágia.

Necesitarán una lechuza.

Pero se lo pasarán bien, tranquilos.

Yo creo que Harry Potter es el heredero contemporáneo de Sherlock Holmes, El Quijote, El señor de los Anillos, La historia Interminable y de muchos más.

¿Lo habéis leido?