Un mundo mágico de naves voladoras.
Barcos con sus mecanismos suspendidos en el techo.
Prina comenzó la construcción de modelos de barcos desde una edad muy temprana, 16 años. Y cincuenta años más tarde hizo una apuesta con el pintor veneciano y constructor de barcos, Eugenio Tomiolo, de que él podría hacer volar uno de sus modelos.
Cuando Prina se presentó en el estudio de Tomiolo y lanzó su primera nave, los dos estaban encantados por la maravilla de la máquina que volaba por encima de sus cabezas.
Ahora, ya hace tiempo jubilado, Prina ha construido más de 200 de estas naves voladoras. Los diseños están hechos de papel muy fino, madera y la hélice es alimentada por una banda elástica que hace que vuelen por el aire.
Prina es una apasionado de la aviación y la literatura, y combina esas dos pasiones en contar historias hermosas con sus bicicletas aladas y barcos.
Os prometo una cosa...
Prometo buscar esas historias de bicicletas y naves aladas.
Guauuuu, la ilusión de mi vida y de cualquier persona, claro: vivir siempre practicando tu pasión..., mamá, ¿es posible?, ¿se puede?
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
ResponderEliminarEncuentra esas historias!
Buen finde y un beso!
Que agobio mirara hacia arriba...
ResponderEliminarAunque me ha gustado que viva ara su pasión.
Pero qué maravilla, estaría todo el día soñando, aunque... imagínate el polvo que deben de acumular.
ResponderEliminarINCREIBLE!!!! Me encanta cuando nos contás vidas de personas maravillosas, que contagian creatividad, pasión y ganas de hacer. Besos y buen fin de semana!
ResponderEliminartiene que ser una sensación maravillosa mirar el techa y ver todas esas minibicis volando.
ResponderEliminarme ha encantado!!!
Pues sí, debe ser un gustazo ver ese estudio.
ResponderEliminarFeliz tarde.
La imagen que más me ha gustado ha sido la que aparecen las manos. ¡Qué manos!
ResponderEliminarSi esas manos hablaran seguro que contaban historias maravillosas.
Genial!!
Preciosos barcos voladores...y bicicletas!!!
ResponderEliminarEn mi infancia hubo un época en la que me obsesionaba poder volar...a mi hermano le pasaba aún más obsesivamente que a mí y a Chipo le pasa aún más obsesivamente que él!
Al hombre se le ve realizado construyendo sus creaciones voladoras!
Que lindos!! hay un bar en la ciudad de Bariloche que tiene colgados en el techo algunos avioncitos asi, mas otros muñecos, está muy bueno. Me hizo acordar tu post a ese lugar.
ResponderEliminarQue termines lindo el finde!
¡Qué genial¡
ResponderEliminares tan tan tan bonito que no he parado de sonreir
ResponderEliminarBesines
Moneypenny, qué bonito....uno ve su vida fea al lado de la pasión de ese señor. Es que no todos encontramos una pasión. O se nos va y viene otra, que es lo que nos pasa a los géminis.
ResponderEliminarPrecioso, nena
he leído este post volando <3
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